Comisión sobre la invasión. Por: Julio Bermudez Valdes.

El gobierno ha instalado en la mañana de ayer una comisión destinada a investigar los acontecimientos registrados el 20 de diciembre de 1989, durante la invasión de EEUU a Panamá. Integrada por ciudadanos de una reconocida solvencia moral, la acción no debería convertirse en blanco de posiciones extremistas, sino ser aprovechada para indagar a fondo sobre esa tragedia panameña del siglo XX. Resulta irónico que mientras unos la miran con desdén casi que con indiferencia, otros la vapulean adelantando su descalificación. Hay en esa instalación un compromiso público y moral que ningún otro gobierno asumió, y eso habrá que reconocerlo a la administración Varela, toda vez que hay muchas cosas que, al calor de lo que políticamente implicó, quedaron sin esclarecerse: ¿quién la pidió?; ¿cuántos muertos hubo?; ¿tuvo EE.UU. una contraparte panameña que lo avalara en su acción…? Si se ha hecho con una u otra intensión, eso deberán demostrarlo los hechos, pero no resulta del todo responsable calificarlos antes que produzcan sus primeros resultados. En todo caso quienes dudan de la pureza de su intensión deberán estar vigilantes y ser cooperadores para que no se desvirtúe el propósito de esta empresa. Lo cierto es que a 26 años y siete meses de la invasión ningún gobierno se habían atrevido a tocar este tema, de la manera institucional como se hizo en la mañana de ayer. Hay quienes sostienen que con esta comisión se abrirán viejas heridas...no se puede abrir lo que nunca se ha cerrado.