Los retos de Latinoamérica. Por: Abdiel Rodríguez Reyes
Los días 14, 15 y 16 se dieron las III Jornadas Sobre
América Latina y el Caribe en la Universidad del País Vasco. En ellas se
discutieron temas neurálgicos de lo que ocurre en la región. De los cuales
mencionaré tres y tomaré partido sobre ellos de forma sucinta, a saber,
experimentar, cambiar y debatir.
1. Experimentar: Latinoamérica es la región donde
se están experimentando las alternativas. Pese a todas las dificultades los
gobiernos posneoliberales están ensayando nuevas formas de hacer política,
desde la diplomacia hasta de la explotación de los recursos naturales. Los
movimientos antisistémicos que son una alternativa al sistema capitalista, en
la región, como el EZLN y el MST son los más avanzados del mundo en la construcción
de alternativas antisistémicas. Hay que trabajar en una metodología de diálogo
entre estos dos posicionamientos.
2. Cambiar: Las conversaciones de Estados Unidos con
Cuba son más que un cambio cosmético. Muchos señalan que esto no es un avance,
a pesar de que existan ya varias evidencias de que este proceso de
normalización de las relaciones entre estos dos países está entrando en una
etapa irreversible y que sí representan un cambio en el ajedrez geopolítico. Se
están creando las condiciones para avanzar y cumplir con los requerimientos de
Cuba para seguir el proceso. Este país hoy cuenta con el porcentaje más alto en
educación y gasto social, dando así los más óptimos resultados de la región en
la materia. El bloque posneoliberal se apoya en estos logros para proseguir, y
son un contrapeso real a la política del patio trasero de Estados Unidos, por
lo que los norteamericanos han optado por normalizar las relaciones para ver
como se reacomodan en la región en un contexto global poco favorable.
3. Debatir: El debate de “fin de ciclo” de los
gobiernos progresistas, con el cual se les critica
férreamente a los gobiernos posneoliberal tiene varias particularidades que
vale la pena mencionar. Se resaltan los aspectos negativos y se obvia los
avances sustanciales de estos gobiernos, o se los pone en un segundo plano.
Mediáticamente sale al mismo tiempo que los medios de comunicación aliados de
los sectores conservadores en oposición arremeten contra estos gobiernos. Sobre
el fin de ciclo también abría que añadir que primero no se le reconocía que
estos gobiernos eran otra cosa, una alternativa, entonces, al hablar de un fin
de ciclo, supone que en verdad si lo fueron y que ahora, por la baja de los
precios de los commodities y la denuncia de los movimiento sociales que se
oponen a la explotación de los recursos naturales han llegado a su fin.
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