El Comando Sur y la base de Punta Coco. Por: Marco A. Gandásegui, hijo,
La base aéreo-naval en Punta Coco (en el Golfo de
Panamá), en la actualidad, tiene dos misiones. Por un lado, según el Comando
Sur de EEUU, forma parte de la red logística que tiene Washington en torno a
Colombia. Según informan los boletines del Comando, la base tiene la
responsabilidad de detectar las rutas que utilizan los traficantes de drogas
ilícitas que salen de Colombia con dirección hacia EEUU. Por el otro, la base
de Punta Coco, según los asesores del presidente Juan C. Varela, también tiene
la tarea de alojar a ‘criminales de alto perfil’ que son enviados a la isla.
Según
otras fuentes no oficiales, la base en Punta Coco podría tener otros
propósitos. Hay quienes especulan que EEUU podría utilizarla para encarcelar a
prisioneros políticos de sus guerras globales que son detenidos sin acusaciones
por largos períodos de tiempo. Las agencias de inteligencia que operan desde
Washington podrían traer ciudadanos de otros países a
Punta Coco, “al estilo de los procesos extrajudiciales que aplica EEUU (rendición
extraordinaria) donde sospechosos son secuestrados y enviados a cárceles
clandestinas en otros países”. Según documentos oficiales que describen las
operaciones de estos centros clandestinos, los prisioneros son sometidos a
torturas y tratos crueles.
El centro carcelario insular podría
tener otro objetivo: servir de prisión para trasladar a los privados de
libertad, o algunos de ellos, actualmente detenidos en la base militar de EEUU
en Guantánamo. Hace 8 años el presidente de EEUU, Barack Obama, prometió en su
campaña electoral que cerraría la prisión en la base de Guantánamo. Sin
embargo, la complicada legislación que creó la nefasta mazmorra en el extremo
oriente de la isla de Cuba le ha impedido obtener su objetivo. Hay quienes
especulan con la posibilidad de que el gobierno panameño, para obtener el
beneplácito de Washington, se preste para alojar a los prisioneros políticos de
origen árabe, afgano y paquistaní en Punta Coco.
La base de Punta Coco, a 107
kilómetros de la ciudad de Panamá, fue construida por el Comando Sur de EEUU
hace seis años a un costo de US$73.5 millones. La cárcel es administrada por el
Servicio Aeronaval (SENAN), una institución creada por decreto ejecutivo hace
15 años. La Constitución Política de Panamá señala, expresamente, que no se
crearán fuerzas armadas en el país. Sin embargo, por insistencia de EEUU, se
creó el SENAN e, igualmente, el Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT).
Ambas fuerzas operan independientemente de la Policía Nacional. El Sistema
Penitenciario Nacional, del Ministerio de Gobierno, encargado de todos los
centros carcelarios del país, fue excluido de Punta Coco.
La cárcel de Punta Coco también es
responsabilidad del SENAN, que depende del Ministerio de Seguridad Pública.
Esta dependencia también fue creada hace un par de lustros por insistencia de
Washington. Se supone que centraliza todas las actividades asociadas con las
políticas de ‘seguridad nacional’ que forman parte de la política global de
EEUU.
En julio de este año, la avioneta en que una
delegación militar norteamericana que regresaba de Punta Coco se estrelló
cuando llegaba a un aeropuerto de vuelos domésticos en la ciudad de Panamá. Los
6 militares norteamericanos, entre ellos el jefe de la Oficina de Cooperación
de Defensa de la Embajada, un colombiano no identificado y el piloto panameño
salieron ilesos del accidente.
Según la información que se filtró del
incidente, el grupo de militares “fueron a inspeccionar el radar que Panamá
está construyendo en la base de Punta Coco”. Según fuentes norteamericanas, el
gobierno panameño está instalando un total de 19 radares en diferentes bases aéreo
navales distribuidos en ambas costas del país.
Según la misma fuente, el gobierno del presidente Varela
mantiene un silencio total sobre las bases y los radares. En el caso de Punta
Coco, el Grupo HSC, que trabaja para el Comando Sur, ha construido – a un costo
de US$5 millones – una instalación eléctrica con capacidad para generar 40KW.
La página de internet del Comando Sur informa que la instalación fue construida
para su uso. El Comando también invirtió casi US$4 millones en la construcción
de unas barracas y un muelle. EEUU justifica estos gastos señalando que Punta
Coco “se encuentra en una zona peligrosa de tráfico de drogas (ilícitas)”.
Además, la base es parte del “plan estratégico del Comando Sur para mejorar la
capacidad de su socio (Panamá) en la captura (de sospechosos) en un ambiente
marítimo”.
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